Doble limpieza facial: el truco para que tu piel sobreviva a Halloween
Cuando las velas se apagan y el maquillaje se derrite, aparecen los poros fantasmas, pero existe un truco para que tu piel sobreviva a la spooky night.
Sombras oscuras, delineados profundos, labios granate, glitter, pintura facial y tal vez, una larga noche de fiesta. La spooky night puede ser una verdadera pesadilla para tu piel, pero hay un truco para evitar el horror post Halloween: la doble limpieza facial.
Quizás, ya has escuchado hablar de esta técnica, pero lejos de ser una tendencia pasajera, es la forma más efectiva de devolverle a tu piel su brillo natural.
A la vez, de eliminar cualquier rastro de maquillaje, sudor o impurezas que después puedan aparecer en forma de fantasmas.
Popular especialmente entre quienes siguen y aplican las rutinas de skincare coreanas, la doble limpieza consiste en utilizar dos limpiadores faciales: primero, uno de base oleosa y luego, otro en formato acuoso.
Esto, con el fin de limpiar profundamente la piel y al mismo tiempo, respetar su manto hidrolipídico.
Los beneficios de la doble limpieza facial
Pero los beneficios de esta técnica van más allá de una piel limpia. Este método, tal como se mencionó anteriormente, permite eliminar a fondo el maquillaje y las impurezas del día.
Al combinar un limpiador en base oleosa con otro acuoso, se disuelven hasta los pigmentos más resistentes, tales como los del bloqueador, el maquillaje de larga duración o resistente al agua.
También, el exceso de grasa, el sudor y la contaminación, dejando una piel fresca, luminosa y equilibrada.
¿Lo mejor? Tu rostro no sólo queda más terso y libre de poros obstruidos, sino que, además, se potencia la absorción de los sérums o cremas que apliques en tu rutina.
¿Cómo aplicar este método?
Tan fácil y sencillo como parece, la doble limpieza consiste en, primero, limpiar y desmaquillar con el limpiador de base oleosa (oil-based). Sólo debes frota de manera suave y luego enjuagar.
Segundo, debes aplicar tu limpiador tradicional; puede ser en gel, espuma o incluso, un agua micelar. Lo importante es que sea de base acuosa.
¡Y listo! Lo mejor, es que este tipo de limpieza es apta para todas las pieles; desde las grasas, hasta las secas o sensibles, ya que para las primeras sirve como regulador del sebo y en el caso de las segundas, evita dejar el rostro tirante o irritado.
Eso sí, lo fundamental es elegir bien tus productos. Opta por aquellos suaves, sin fragancia y dermatológicamente testeados, y por supuesto, no te olvides de enjuagar bien para evitar residuos.
Así, con estos tips, evitarás un susto dermatológico post Halloween.