¿Qué me pongo? El eterno drama del ‘dresscode’

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Últimamente me he topado con mucho contenido que habla de los dresscode. Que si los influencers no lo respetaron, que si alguien se desubicó en un black tie event, o incluso despidos porque los Gen Z deciden usar una mini en un trabajo full corporativo o tener reuniones online en pijama. Y es que, realmente, en nuestro día a día… ¿Se nos plantea una guía clara sobre qué ponernos? ¿Estamos tan familiarizados con el concepto como creemos? Aunque aquí les vengo a dar mi opinión, les quiero asegurar que aún está en desarrollo.

Es que imagínate: si en la gran cumbre temática del glamour —la Met Gala— algunos invitados van como se les da la gana, ¿qué queda para nosotros, unos simples mortales que intentamos vestirnos con estilo pero sin estilistas?

El dresscode es como la educación financiera: todos creen que alguien nos hizo clases de eso, y la verdad es que no. Y peor aún, a pesar de que amo el spanglish, rara vez se usa el término en español, lo que lo aleja todavía más de nuestro vocabulario.

Más de una vez vamos a tener la necesidad de entender un código de vestimenta (ya sé, no suena tan chic en español, suena más a un libro de reglas). Ya sea para un matrimonio, un evento o incluso esos códigos implícitos en el trabajo, que además —convengamos— cambian mucho de una pega a otra.


Dresscode un amigo o enemigo

Estos códigos son súper útiles cuando te dan una guía clara de qué ponerte, pero también pasa que —sobre todo si todavía no tienes un estilo muy definido— pueden terminar uniformándote. A esto último, sumemosle que somos un país que viene de la cultura del uniforme desde muy chicos, y eso ha hecho que en Chile tengamos la costumbre de querer vestirnos idénticos. Felices de usar, de pies a cabeza, lo mismo que el maniquí de afuera de la tienda o que la influencer de moda.

Entonces, los dresscodes nos vienen como anillo al dedo. ¿Y qué me pasa con esto? Porque no entendemos que son solo una guía, muchas veces nos quitan la identidad y creatividad. Me ha tocado ir a eventos de influencers que incluyen un dresscode y, a pesar de que uno pensaría que va a ver un abanico de looks, más de la mitad son casi iguales. Lo mismo con los matrimonios. Imagínate nomás cuántas novias usan vestidos strapless, aún cuando es uno de los formatos más incómodos para las mujeres.


La regla principal tu comodidad

No existe un código universal de la moda y aún así incluso en la tele hay personas que creen que hay looks “absolutamente correctos” para cada ocasión… y los dresscodes son absolutamente lo contrario a eso. Ese código está allí para guiarnos, algo así como Yoda: medio transparente, que aparece y desaparece para ayudarte a tomar un buen camino, pero no el camino absoluto, porque no todos los Jedi son iguales (no sé de dónde me saqué esta analogía porque he visto como una sola de las Star Wars, supongo que este conocimiento me vino de salpicón, por mi marido que es fan).

Vamos con un ejemplo concreto mejor: si el dresscode dice “cocktail”, no necesariamente tienes que ir con un vestido corto. Si los pantalones te hacen sentir más cómoda, puedes usarlos. Solo debes complementarlos de una manera que se vea semi formal: por ejemplo, con un clutch o tacos.

Si trabajas en un ambiente corporativo con vestimenta más estricta, quizás no puedes ir con zapatillas, pero tampoco es obligación que vayas con tacos. Hoy hay demasiadas opciones de zapatos formales bajos o incluso con plataforma, mucho más cómodos y que se ajusten mejor a tu estilo.

Algo que está allí para ayudarnos, no debería ser un tema que nos limite la creatividad o genere ansiedad. Porque incluso a mí, que amo la moda y me encanta vestirme con dresscodes rebuscados, me ha pasado que he tenido que resolverlos casi como si fueran una ecuación.


Tips para enfrentarnos a un dresscode 

Y como ya nos vamos conociendo más, te cuento que la ansiedad es mi mayor enemiga en esta vida, y amo combatirla. Así que aquí van algunos tips muy simples para que el guiarse por un código no sea un dolor de cabeza:

  1. Si no tienes claro qué implica el código, santo Google será tu BFF.

  2. Sé que le tenemos algo de miedo a la IA, pero podemos usarla a nuestro favor. Puedes pedirle que te arme opciones de outfits basadas en el tipo de vestimenta sugerido.

  3. Siempre accesoriza: cuando todos se ven parecidos, un buen zapatico, collar o cartera pueden mostrar tu identidad.

  4. Sin miedo a fallar. Estamos hablando de ropa, no de vacunas. Nadie va a morir si nos equivocamos. Y si lo haces, aprendiste para la próxima.


En resumen, vestirse es una forma de expresarnos, no son jeroglíficos escritos en piedra. Así que la próxima vez que te planteen un dresscode tómatelo como una hoja en blanco, con líneas o cuadrícula, pero que puedes llenar con tu propio estilo.


Ale Dames

Diseñadora Gráfica e influencer

https://www.instagram.com/aledames/?hl=es
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