Clóset consciente: más decisiones, menos ropa nueva
En la enseñanza media acumulé prendas sin preguntarme demasiado de dónde venían, cómo se habían hecho o si realmente las necesitaba. Aunque desde los seis años llevaba en mi ADN el reparar y transformar ropa como un hábito autodidacta, fue en cuarto medio cuando caí en el clásico “por si acaso” o “en algún momento lo usaré”.
Ya en la universidad, asistí a una charla de Paula Gray, referente de moda consciente, y comprendí el impacto social y ambiental de la industria textil. Fue entonces cuando decidí actuar con más claridad frente a lo que no usaba: primero como una práctica personal, y luego impulsé una plataforma para compartir un mensaje urgente. Porque el cambio hacia un vestuario más consciente comienza por casa. Así nació Reviviendo Mil Prendas.
Tener un clóset responsable no significa deshacerse de todo. Se trata de reconectar con lo que ya tenemos, observar nuestras decisiones con honestidad y actuar con responsabilidad. Por eso quiero compartir contigo algunos consejos prácticos que a mí me han funcionado. Siempre considerando una premisa clave: re-pensar antes de comprar.
Primer paso para un clóset consciente: ordenar
Puede hacerse en un día o de forma gradual, según te acomode. Lo importante es que no se vuelva agobiante: ¡disfruta el proceso! Puedes vaciar todo el clóset o revisarlo por secciones. Por ejemplo: pantalones un día, blusas al siguiente. Lo esencial es probarte cada prenda. Aunque creas saber cómo te queda, hacerlo te conecta con tu cuerpo y te ayuda a decidir qué se queda y qué se va.
Entonces, los dresscodes nos vienen como anillo al dedo. ¿Y qué me pasa con esto? Porque no entendemos que son solo una guía, muchas veces nos quitan la identidad y creatividad. Me ha tocado ir a eventos de influencers que incluyen un dresscode y, a pesar de que uno pensaría que va a ver un abanico de looks, más de la mitad son casi iguales. Lo mismo con los matrimonios. Imagínate nomás cuántas novias usan vestidos strapless, aún cuando es uno de los formatos más incómodos para las mujeres.
Mientras haces este ejercicio, te sugiero tener bolsas separadas por acción:
Una para lo que necesita reparación (ese botón suelto o cierre que no funciona).
Otra para lo que se puede transformar (ese vestido que podría convertirse en un top).
Y otra para lo que puedes llevar a una modista.
No dejes estas bolsas olvidadas. Agenda fechas para concretar esas reparaciones. Si no, corren el riesgo de quedarse ahí indefinidamente.
También puedes tener una bolsa con prendas para intercambiar con amigas o familiares. Lo que tú ya no usas puede tener una segunda vida en otro clóset. Y no olvides separar lo que puedes donar o regalar, siempre en buen estado y con respeto. En ese caso, recomiendo alternativas como Coaniquem Store o la Tienda Bazar de María Ayuda, que reciben directamente en sus sucursales (puedes revisar sus direcciones en sus cuentas de Instagram).
Si definitivamente hay prendas a las que no puedes dar nueva vida, puedes transformarlas en relleno para cojines, hacer banderines de tela, o entregarlas directamente a Ecocitex, una empresa chilena de economía circular textil que busca eliminar el desecho textil mediante su reciclaje en hilado.
Limpia y conecta no solo con tu closet