Copenhagen Fashion Week: ¿Qué hace de este evento un referente en moda sustentable?
Además de ser un referente de estilo, el evento que da inicio al circuito de semanas de la moda, se ha convertido en una de las plataformas más comprometidas con la sustentabilidad.
La primera edición de la semana de la moda en Copenhague se realizó en 2006, y desde sus inicios ha apostado por propuestas que no solo impactan desde el diseño, sino también desde el cuidado del medio ambiente.
Más que un eslogan
Todas las marcas participantes deben cumplir 18 criterios estratégicos que consideran desde la elección de materiales y las condiciones laborales, hasta metas de reducción de emisiones. Desde 2020, además, se exige que al menos el 50% de las prendas presentadas estén confeccionadas con materiales certificados o reciclados. También deben entregar información sobre sus objetivos científicos para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
“La documentación [exigida a las marcas] incluye enlaces a estrategias, documentos de certificación, códigos de conducta [y ejemplos de] comunicación pública”, explica Frederik Larsen, cofundador de In Futurum, consultora que ha trabajado junto a Copenhagen Fashion Week en la implementación de estos estándares.
Las normas se refuerzan y actualizan cada año para garantizar que las marcas no solo mantengan su compromiso, sino que sigan mejorando y adaptándose a los cambios del sector.
Metas reales y colectivas
Junto con este marco de sostenibilidad, el evento ha propuesto reducir su propia huella. Entre sus medidas destacan la compensación total de las emisiones generadas por sus actividades y el compromiso de reducir sus emisiones en un 50% en términos reales para 2026, tomando como base las cifras de 2019.
CPHFW gana cada vez más relevancia en el panorama global, posicionándose como una de las nuevas capitales de la moda. No solo por el estilo de las danesas —que ha marcado tendencia en redes sociales bajo el Danish Aesthetic—, sino por atreverse a liderar un cambio en la industria textil y el circuito internacional. Integrando exigencias concretas de sostenibilidad tanto para las marcas participantes como para la propia organización del evento. Su enfoque estructurado, basado en criterios medibles y actualizados anualmente, la convierte en un caso de estudio para otras semanas de la moda que buscan reducir su impacto ambiental sin dejar de ser relevantes en la escena global.