Desde Chile a Milán, París y Londres: el maquillador chileno que conquistó las Semanas de la Moda
Julio Olguín combina pasión, disciplina y un firme sentido de identidad para hacerse un espacio en las pasarelas más importantes de la moda.
El maquillador nacional de 36 años relató su recorrido por distintas disciplinas antes de encontrar su vocación. Desde sus primeros pasos en Santiago, Julio Olguín ha logrado abrirse camino a los escenarios más exclusivos de la moda europea.
Con un talento nato, disciplina diaria y estilo propio, Olguín se ha ganado un lugar en los backstage de Milán, París y Londres, demostrando que la pasión puede transformar cualquier sueño en éxito internacional.
De sus comienzos al retro profesional
Desde pequeño, Julio recuerda haber sentido una fijación innata por el mundo de la moda: “De hecho, aprendí a leer leyendo revistas de moda y el diario” comenta. Algo que recuerda en su adolescencia, es ir a los cyber café a ver los desfiles de John Galliano para Dior y los de Karl Lagerfeld para Chanel.
“Era mi zona segura, un lugar que sentía que los sueños se hacían realidad”, confiesa.
Aunque incursionó en distintas áreas —como la fotografía— un día tomo la decisión de iniciar su camino en el maquillaje.
“Fui al mall, sin saber nada de maquillaje y le dije a la chica que atendía: Voy a ser maquillador, véndeme un kit básico completo”. Esa misma semana ya estaba trabajando como asistente en una producción”, recuerda.
Maquillando el sueño de la vida
El camino a la Fashion Week fue casi por casualidad. Todo partió por unas simples vacaciones en 2023, donde el maquillador emergente visitaba a uno de sus mejores amigos —que reside en Francia—, justamente en la temporada fashion. Aunque aún sin conocer a nadie ni tener contactos, decidió llevar consigo sus implementos.
“Es París, voy a llevar mi maquillaje y mis cosas para peinar”, añade. —Por si las moscas—
En ese mismo viaje realizó “beauty tests” y trabajó con una influencer chilena durante toda la Semana de la Moda. “Ahí empecé a conocer gente y entender cómo funcionaba el business”, cuenta.
Luego, mentalizado, volvió a la capital francesa en 2024 a trabajar y se integró a las temporadas masculinas y la Alta Costura. “Una vez que hice esos contactos, todo se volvió más fácil: me empezaron a pedir y colaborar en campañas internacionales”. agrega.
Ser uno de los pocos chilenos presentes en estos escenarios lo llena de satisfacción. “Para mí es un gran orgullo, a nivel personal y como chileno. Este es un espacio muy cerrado y llegar hasta acá ha sido fruto de trabaja intenso, estudiar idiomas todos los días y nunca dejar de aprender”, delcaró.
Asimismo, Julio también destaca el potencial que tiene Chile en el rubro de la moda: “Contrario a la creencia popular, Chile tiene una tremenda industria. Es un país en el que se puede totalmente vivir del arte y del maquillaje, y esa posibilidad ya es algo grande” asegura.
París, Milán y Londres: tres mundos distintos
Instalarse en las principales pasarelas de la Fashion Week, no fue sencillo, pero Julio, resiliente, logró adaptarse a cada mercado y estilo.
“Milán es sexy y glamoroso, Londres busca romper barreras con propuestas más punk y París se trata de precisión y detalles bien cuidados. Poder encajar en esos tres mundos ha sido una especie de superpoder que desarrollé con mucho estudio y esfuerzo” destacó.
La Alta Costura lo convirtió en un testigo privilegiado de un universo íntimo y exclusivo, donde los bastidores se transforman en un templo y el arte se reveló ante sus ojos.
“He visto cómo las prendas se cuidan con guantes antes del show. Es algo realmente admirable, una pasión por el detalle que emociona muchísimo”.
Inspiración para los nuevos talentos
Para quienes están comenzando y no se atreven a lanzarse, entrega un mensaje directo: “Este es un trabajo en el que hay que estudiar todos los días. No basta con haber estudiado una vez. Los productos, las fórmulas, las tendencias cambian constantemente. Y lo más importante, mantenerse fiel a uno mismo… tu esencia y tu personalidad”, enfatizó.
El relato de Julio Olguín nos recuerda que la moda no solo se vive en la pasarela, sino también en la valentía de quienes se atreven a soñar en grande. En cada rostro que maquilla, afirma que la pasión cuando nace del corazón, no tiene fronteras.