El poder del flequillo: el cambio de look que nunca falla
Unas tijeras, un espejo y el frame perfecto. Este corte sigue siendo la forma más simple y efectiva de transformar el rostro sin cambios drásticos, pero con resultados evidentes. Y aquí te contamos por qué.
No es magia ni maquillaje. Hay cortes que logran lo que ni el mejor iluminador puede: redefinir contornos, destacar la mirada y equilibrar proporciones. Este es uno de ellos. Bien elegido, tiene el poder de transformar cómo luces —y cómo te ves a ti misma— en cuestión de segundos.
El arte de elegir el estilo correcto
Una de las razones por las que sigue siendo tan popular es su capacidad de adaptarse. No todos los tipos de rostro ni todos los estilos de vida piden el mismo corte, y eso está bien. Aquí, algunos de los estilos más conocidos (y favorecedores):
Cortina 70s
Largo, abierto al centro, con caída suave hacia los costados. Favorece a rostros ovalados y redondos, da movimiento y es fácil de dejar crecer.
Microbangs
Cortito, sobre las cejas. Un look osado, casi punk, que resalta la expresión y da personalidad.
Fringe recto clásico
Cubre toda la frente, acentúa la mirada y aporta estructura. Perfecto para un look más editorial.
Despuntado o desordenado
Tiene textura, movimiento y un aire despreocupado. Funciona muy bien con ondas naturales o capas.
¿Vale la pena?
Esa es la pregunta que muchas se hacen frente al espejo. Como todo cambio capilar, no hay garantías, pero sí hay variables que te pueden ayudar a decidir:
Textura del pelo: Cuanto más liso, más fácil de mantener. Con ondas o rulos, puede requerir más trabajo diario. ¡Pero se ve increíble!
Forma del rostro: Puede ayudar a equilibrar proporciones o, mal elegido, acentuarlas. Siempre conviene consultarlo con tu estilista.
Tiempo y paciencia: Aunque parezca simple, puede necesitar peinado cada mañana, retoques mensuales y algo de técnica para dominarlo.
Una decisión pequeña, un impacto grande
Podemos cambiar de ropa, de color de uñas y hasta de base de maquillaje, pero pocas cosas transforman tanto como un buen corte de pelo, y este sigue siendo el favorito para lograrlo sin grandes sacrificios.
Atemporal, personalizable y profundamente simbólico, es mucho más que un flequillo: es una forma de verse distinta sin dejar de ser una misma.