Audrey Hepburn y Humbert de Givenchy: una amistad que redefinió la elegancia y la moda en el cine
Entre telas, guiones y amistad, Audrey Hepburn y Hubert de Givenchy construyeron una colaboración única que dejó huella en la historia del cine y el diseño.
Audrey Hepburn fue un ícono de la era dorada de Hollywood, actriz querida por muchos y asimismo, con su estilo y carisma cautivó a Humbert de Givenchy, convirtiéndose en la gran musa de sus diseños y posteriormente del perfume L'Interdit.
Fue en 1953 cuando ambos se encontraron por primera vez en su atelier parisino. La joven actriz de tan solo 24 años, estaba comenzando a abrirse paso en la industria del cine, gracias al éxito que obtuvo en su primera película “Roman Holiday” de William Wyler.
Llegó al atelier del modisto en busca del vestuario perfecto para su siguiente filme, Sabrina. La decisión de trabajar con Givenchy fue completamente suya, quién para ella era “el diseñador más novedoso, juvenil y excitante” del momento.
Dos años después, en 1955 el vestuario de Sabrina fue premiado por la Academia con un Oscar recibido por Edith Head, una de las diseñadoras más importantes en ese entonces y quién se había encargado del vestuario “americano” del personaje. Al momento de recibir el la estatuilla, el nombre de Humbert de Givenchy no fue mencionado en los agradecimientos. Posteriormente, Audrey exigió, por contrato, que fuera él quién la vistiera para sus próximas cintas.
Hubert la vistió en sus películas más exitosas, entre ellas, “Charade” y por supuesto, “Breakfast at Tiffany’s”. Uno de sus vestidos más memorables y clásicos fue el vestido negro que usó en esta comedia romántica de 1961. Su escena más icónica es la apertura de la película en dónde se ve a la actriz comiendo un croissant mientras mira la vitrina de la tienda usando gafas negras a juego con el vestido y guantes.
La amistad entre Audrey Hepburn y Hubert de Givenchy marcó un antes y un después en la historia del cine y la moda. Juntos crearon un estilo inconfundible, donde la elegancia se convirtió en una forma de expresión. Su vínculo sigue siendo un símbolo eterno de belleza, amistad y buen gusto.