Gen Z vs. Millennial: cómo los estilos del pasado siempre vuelven
Mientras los Millennials buscan equilibrio y atemporalidad en su forma de vestir, la Gen Z apuesta por la ironía, el exceso y la nostalgia dosmilera. Un choque y encuentro de estilos que demuestra que la moda siempre vuelve, pero con nuevos matices.
La moda es cíclica, y si algo nos han enseñado las redes sociales es que lo que alguna vez juramos “nunca más usar”… siempre vuelve. Basta con mirar los clósets de la Gen Z y compararlos con los de los Millennials: muchas veces parecen iguales, pero hay pequeñas detalles nuevos. Y eso hace toda la diferencia.
De los 2000 a TikTok: el regreso de todo lo que una vez fue “cringe”
Si fuiste adolescente entre 2005 y 2012, probablemente tuviste pitillos de colores, cinturones anchos, chaquetas de mezclilla entalladas y una obsesión por los collares largos. Ahora, esos mismos ítems han regresado con fuerza... pero estilizados a lo Gen Z.
Mientras los Millennials prefieren recordar la moda Y2K desde un lugar nostálgico, la Gen Z la toma y la reinterpreta sin miedo: pantalones tiro bajo, mini tops, gafas envolventes, brillo, glitter y hasta delineado blanco están de vuelta, pero con un enfoque más irónico y con actitud maximalista.
¿Qué distingue a cada generación?
Los Millennials suelen inclinarse por siluetas más pulidas y con un aire “adulto”, buscando siempre el equilibrio entre lo cómodo y lo elegante. Son fieles a piezas versátiles, de buena calidad, y su paleta de colores suele moverse entre los neutros: beige, gris, negro o azul marino. Aunque el mundo gire hacia otras formas, muchos aún se resisten a soltar sus amados skinny jeans.
Por otro lado, la Gen Z abraza el caos estilístico con entusiasmo. Su estilo es maximalista y juguetón, marcado por el amor al vintage, el DIY y el upcycling. Prendas como los pantalones cargo, las faldas de mezclilla y los bucket hats son sus infaltables, y no temen mezclar colores vibrantes ni armar combinaciones inesperadas. Para ellos, vestirse no es seguir una norma, sino una forma de expresar quiénes son.
Lo retro no muere, se reinventa
El fenómeno no es nuevo. Los 70 volvieron en los 90. Los 90 volvieron en los 2010. Y ahora vivimos un revival de los 2000, con influencias del Tumblr 2014 y hasta de los 80s. La moda no se repite tal cual, sino que muta, cambia de sentido y se adapta a nuevas generaciones que la reinterpretan desde su presente.
La Gen Z no se ríe de la moda Millennial: la recicla, la corta, la mezcla y la hace suya. Y si algo nos deja claro esta eterna batalla de estilos, es que nunca hay que decir “jamás usaría algo así”.
La estética Y2K, por ejemplo, que fue símbolo de adolescencia y feminidad en los años 2000, ahora se reencarna con una mirada más inclusiva, irónica y experimental. Prendas como los cargos, los tops metálicos, las minifaldas y los cinturones decorativos ya no buscan ser “cool” como antes, sino provocar una reacción, marcar una postura o simplemente ser divertidas.
Porque al final, si algo nos enseña este vaivén generacional es que la moda no tiene edad ni reglas. Los estilos vuelven, sí, pero lo hacen con nuevas intenciones y significados.
Y aunque cada generación tiene su sello, todas están conectadas por una misma verdad: vestirnos es también una forma de contar nuestra historia.