¿Brocha o dedos? La eterna duda del maquillaje según una experta
No existe una sola respuesta: la elección entre brochas y dedos depende del acabado que quieras lograr. La maquilladora Antonia Peña explica las claves para sacarle partido a ambas técnicas.
La pregunta se repite en tutoriales, redes y hasta en tocadores caseros: ¿conviene aplicar el maquillaje con los dedos o con brochas?
Para la maquilladora Antonia Peña, no se trata de una batalla definitiva, sino de un tema de intención y producto.
“Depende del acabado que tú quieras en tu maquillaje. Yo generalmente recomiendo usar las manos cuando se quiere un acabado más natural”, afirma.
En cambio, los productos en polvo sí tienen un aliado más claro: “Siempre hay que ocuparlos básicamente con una brocha, una esponja o una almohadilla, porque con la mano es muy raro, salvo que sea una sombra para los ojos”.
El regreso del maquillaje natural
En los últimos años, la tendencia glowy y el boom de productos en barra han traído de vuelta el uso de los dedos. “Ahora se ha hablado mucho más del maquillaje con las manos, ha vuelto mucho más, porque está muy de moda el maquillaje natural”, dice Peña.
El dedo, además, potencia ciertos acabados: “Las sombras con glitter, con brillo, el dedo siempre va a agarrar mucho mejor el pigmento que la brocha”.
Jugar sin reglas
Para Antonia Peña, la clave está en no cerrarse a una sola técnica:
Sombras brillantes → mejor con el dedo.
Polvos traslúcidos o de sellado → mejor con brocha.
Rubores → depende si son en polvo o líquidos.
Incluso algunas bases pueden beneficiarse del calor de las manos: “Hay productos que se pueden calentar con las manos y eso hace que se esparzan más o que tengan un mejor acabado en la piel, más natural”.
La filosofía de Antonia Peña
La maquilladora insiste en que el maquillaje también es juego y exploración: “Invito a la gente a jugar con el maquillaje, porque siento que las manos tienen un poco más eso, que es como ‘voy a jugar simplemente’”.
¿En resumen? (Muy recomendado y sin ser una obligación).
Dedos → acabados naturales, productos cremosos o brillantes.
Brocha → polvos, sellado y mayor precisión.
El mejor método → el que se ajusta a tu piel, tus productos y, sobre todo, tu estado de ánimo.
Su conclusión es simple pero liberadora: “No hay una respuesta mala ni una respuesta buena. Es muy del caso a caso y de lo que te guste más al final”.